No quiero hacer un juicio de valor personal sobre lo que pienso al respecto del archivo del caso Camps por parte del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana. La verdad sólo está en la mente del Sr. Camps y en la de aquellos que han intentado explicarse ante el Tribunal sabiendo ya a estas alturas si han sido o no entendidos.
En la justicia lo único que podemos y debemos pedir los ciudadanos es imparcialidad por parte del juzgador. Esa imparcialidad sólo es posible si no existe contaminación alguna en conocimiento de personalidad de cualquiera de los actores que intervienen en la causa. Para evitar eso existe la figura de "la recusación". Algo obvio porque así se evita que el juez pueda guiarse más por lo que conoce de alguno de los individuos que por los hechos reales que les han llevado a esa situación.
Sin embargo, en los tribunales superiores esa figura está bastante difusa. Cuando juzgan ai ndividuos a pie de calle con vidas normales y pertenecientes a la clase media en general, no cabe duda de que es difícil que un juez de tan altos vuelos se relacione con gente de tan cortos; por el cotnrario, cuando han de conocer asuntos de aforados o personalidades de altas esferas no podemos separar el hecho de que tantos estos como aquellos se mueven en los mismos ambientes. ¿Puede alguien garantizarme que cualquiera de los jueces que han visto la causa de Camps en el TSJV no lo conoce personalmete? Al menos coincidir en algún acto oficial o en el alguna de las fiestas mega-fashion que organizan los que viven varios kilómetros por encima de nosotros seguro que ha ocurrido. Y en esos momentos en que han tenido que decidir sobre el futuro delictivo del sr. presidente en sus inteligentísimas mentes han tenido que discernir entre la realidad objetiva o aquella imagen que cada uno tiene en su memoria del Sr. Camps tomando champán, saludándoles con un apretón de manos o riendo con él en el cóctel de tal o cual.
Es indudable que para juzgar hay que ser objetivo con los hechos disponibles u que esta objetividad no se vea afectada por conocimientos excesivos de alguno de los juzgados. Pienso que en lo referente a personas aforadas, famosas o poderosas hay que tener especial cuidado. No creo que sea totalmente independiente cuando quienes tienen que tomar la decisión como jueces no sean más que tres individuos teniendo en cuenta la responsabilidad y la personalidad de quien juzgan.
martes, 4 de agosto de 2009
sábado, 4 de julio de 2009
EL EUROFAN ES EL ÚNICO ANIMAL QUE TROPIEZA OCHO, NUEVE... E INCLUSO DIEZ VECES CON LA MISMA PIEDRA.
Lo que vais a leer a continuación sigue la cronología de lo que ha pasado en este último festival y en los anteriores con respecto a la selección del representante español y el comportamiento de Televisión Española al respecto.
Anteayer dimitió el Ministro de Justicia; pocos días después de que, afincado en su sillón del parlamento, indignado y compungido se negase a hacerlo. Así son las cosas en este, nuestro país, o nuestra Comunidad Autónoma o nuestro Municipio. Y listo: “A otra cosa Mariposa”.
Y el mismo día de la dimisión del pobre hombre –lo de pobre lo digo por si acaso le queda algo de dignidad para sentirse contradictorio consigo mismo-, el enorme organismo, el enorme monstruo en que se ha convertido TVE, o mejor dicho la corporación de Radio Televisión Española. Esa empresa que hace que nos siente tan mal al bolsillo sus “desGestiones”; pues “El Ente”, que así se llamaba, apoderada de su propio poder y del que le otorgamos los que callamos hace y deshace cual le viene en gana.
Si fuese privado, que tampoco es de dignidad, podría en todo caso ampararse en beneficios y números positivos para cambiar al antojo de la denominada “audiencia”; pero siendo público el pecado se convierte en mortal y deja de ser leve.
Estos megaorganismos en los que no se sabe muy bien quien manda y quien ordena, escapan de nuestro entendimiento individual y nos hace idiotas e incapaces por imposibilidad absoluta de entablar una sencilla conversación con alguna “persona”. Y además a esto hay que añadir el pavor que sienten algunos que comen de la escasa posibilidad de salir delante de unas cámaras que cada vez dependen más de unas matemáticas abstractas donde es un número el ordenante. Se pierde compasión y empatía al no saber las miradas que se perjudican con las decisiones que se toman.
A lo que iba, porque sino esto se hace más un estudio filosófico sobre los medios de comunicación que una carta de indignación que es lo que es.
Soy eurofan desde hace relativamente poco tiempo. Justo el que llevo conociendo a Miguel, mi marido. Él me ha hecho amar cosas que antes desconocía y le agradeceré siempre haber despertado mi espíritu a la música. No es que antes no me gustase, es que no sabía escucharla. Ahora me deleito con el hermoso placer de una melodía y una buena voz. En el año 2003 como regalo de cumpleaños decidí que debía concederle uno de sus sueños: acudir al festival de Eurovisión. Y desde entonces no se ha perdido ninguno. Con él he descubierto ese hermoso mundo del Festival pero también el tenebroso mundo de RTVE. Y haré un resumen por si acaso alguno de mis lectores no sabe de lo que hablo.
En el año 2003 se siguió, al igual que en el 2002, el éxito de “Operación Triunfo” como programa “reality show” para elegir al representante español en el Festival. Las bases del mismo se la pasaron por la parte baja de la pernera del pantalón desde la primera edición un año anterior, puesto que la filosofía del programa, el sentido de su existencia, era que el ganador de la edición representaría a España en Eurovisión. Sin embargo, sin saber nunca quién tomó la decisión ni cuando –tal vez desayunando con su familia, leyendo un periódico o en el baño-, deciden que con los finalistas se realizará unas galas para determinar quién irá. ¿Dónde estaba entonces la finalidad del programa? ¿Para qué servía pues ganar?
En el 2002 Rosa “...de España”, patito feo y cenicienta al a vez que blancanieves y todos los cuentos infantiles, ganó por goleada tanto el programa como la posibilidad de representarnos en el Festival. RTVE basándose en no se sabe todavía qué sistemas de análisis, puso en el asador todos sus dineros, no así con la calidad de la canción que envió. Como consecuencia de todo: “Fiasco”. La Rosa .”... de España” seguiría siendo sólo eso y nunca “... de Europa”
El 2003 no fue mucho mejor. Ganó Ainoa, que como su antecesora, Rosa, tuvo problemas de pólipos. Tal vez en la academia había un virus o una bacteria “polipar”. Y siendo la ganadora, se volvió a hacer una gala, o dos o tres, extras para elegir al representante español. Fue Beth la ganadora. Que no quería serlo según nos confirmaron después sus familiares con los que coincidimos en Letonia. Es estúpido presentarse a un programa cuya finalidad es ir a Eurovisión y no querer a última hora que la votasen para tal evento. Fuera como fuese, allí la vimos. Digna y casi diva por el despliegue que hacía todavía “El Ente”, derivado de una buenísima audiencia. Encontramos por aquellos lares a la presentadora canaria de “Corazón Corazón”, hospedada en nuestro hotel; vimos a enviados especiales del telediario, de informe semanal y de otros programas de los que ni yo ni “El Ente” recordamos. Eran buenos tiempos de recaudación. Y otra vez, “Fiasco”.
Y llegó el 2004, último año en que “El Ente” organiza “Operación Triunfo”, que ya ha perdido totalmente el Norte y se dedica a ser exclusivamente un “Reality Show” de los de toda la vida, de los cutre vaya.. En aquella edición nada memorable, ganó un valenciano de cuyo nombre no quiero acordarme como si fuese manchego el chico. Sin embargo, quien se llevó la votación fue Ramón. Y allí en Estambul estaba él, mucho menos arropado que rosa, y menos aún que Beth; pero todavía existía algo de glamour. Se hospedaba en uno de los mejores hoteles de la ciudad, donde íbamos a tomar un café –porque no nos daba el presupuesto para nada más- a ver si podíamos verlo. Y vimos a Toni Cruz –magnate de la comunicación y ex cómico “sin mucha gracia” de la España del pelotazo-, a Nina –directora, cantante y progre donde las haya. Ni siquiera tiene televisión en casa según dijo ella misma-, y a Ramón , por supuesto. Esquivando fotógrafos y periodistas porque se había liado con una compañera de concurso que aún debía de estar casada. Ya “El Ente” en esta edición ni siquiera intentó convencer otra vez a Uribarri para presentar el evento, y recurrió a la “lánguida” y “discreta” Beatriz Pecker. Y lo mismo de los años anteriores: los enterados analistas del “Ente” volvían a repetir a diestro y siniestro que España era favorita, que en Estambul todos conocían nuestra canción, que si tal que si cual.... Debe de haber alguien en alguna oficinilla sin ventana y de escasos metros cuadrados que se encarga, con su pequeño ordenador y su ínfima mente de repartir rumores y rumores como Rafaella Carrá. Y aquel año el director de la academia era Quique Santander, productor que fue de Bisbal, al que vimos en un restaurante turístico cutre con baile de vientre dislocado, y al que escuchamos en directo allí mismo lanzarse por boleros.
El 2005 puso punto y final (¡Y DE QUÉ MANERA!) al poco Glamour que quedaba ¡COMENZÓ EL FRIQUISMO! Y no por las que al final nos representaron, que lo hicieron con bastante dignidad, sino por el sistema de elección. Se inventaron unas galas para decidir quien representaría a España en el Festival. “El Ente” hizo una preselección y se escogieron a unos pocos. El plató elegido hacía perfecta combinación con los “¿finalistas?”. Parecía más el mítico y cutre programa de “El Semáforo” que algo serio. Porque el gran problema, y seamos coherentes, es que “El Ente” no se toma en serio el Festival desde hace bastante tiempo. Para colmo multitud de gente pensó –aunque creo que a eso no se le puede llamar pensamiento.- que tal vez hubiésemos estado mejor representados por... ¡LAS CHICAS DE MÓSTOLES! ¡DIOS MIO!. No quiero opinar mucho al respecto por respeto, claro. Aunque me recordaban más que a un grupo musical a la posible oyente del famoso programa de las EMPANADILLAS de MÓSTOLES que todos recordamos. El asunto es que una vez allí en KIEV, ya no había ni presentadora de “Corazón Corazón”, ni “informe semanal”, ni nada de nada. Un equipo técnico, que supongo que sería el básico para la retransmisión, y otra vez Beatriz, que tan aséptica como siempre salió dignamente del evento. “Son de Sol” que así se llamaba el grupo que nos representó, eran tres chicas supersimpáticas y guapísimas que hicieron lo que daba de sí su tema. Nos las encontramos –póbrecitas-, en los pasillos del lugar donde se celebraba el Festival comiéndose unos cutres bocadillos que ellas tuvieron que comprar para poder frenar el hambre. Solas, abandonadas y llenas de nervios. Así se las hace “El Ente”.
Y llegamos al 2006, un año más. Otra vez con la ilusión puesta de que tal vez ese año España, “El Ente”, se plantease o abandonar o hacer algo digno. Ninguna de las dos cosas, para variar. Ni preselección, ni programas especiales, ni nada de nada. AHORRAR Y NO GASTAR. Al menos en Eurovisión. Porque para otras cosas no hay límite. Nos enteramos en un programa de una televisión privada cual iba a ser el tema y el grupo que ese año fracasaría en el Festival. Otra vez ese funcionario analista y su compañero, sí. Esos que están en despachos cutres sin ventanas. Esos que van y vuelven al “Ente” en taxi o en coche, de casa al despacho y del despacho a casa. No se relacionan con nadie, seguro. Sólo ven informes y más informes y estadísticas y más estadísticas. Pues esos decidieron que ese año sería un grupo que tenía en su haber una de las canciones más vendidas después del “Macarena”. Claro, pensarían, si estas han conquistado los mercados internacionales con el “Aserejé”, ¡GANAN EUROVISIÓN!. Y listo. Allí pusieron, encima del escenario de Atenas a tres chicas, sentadas en tres sillas, con dos bailarines –la bailarina el doble de grande que el bailarín y con menos pelos- (Para que dos años después alguien se riese del patinador CAMPEÓN DEL MUNDO, que acompañó a rusia). Pues eso, las tres sentaditas, haciendo una coreografía HORROROSA que por lo visto la había creado un coreógrafo con premios y todo. Y el tema “Un blodymary por favor”, y el grupo “las ketchup” y todo.... UN DESASTRE. Y lo más grande es que otra vez el famoso analista emite el rumor de que podemos quedar bien, e incluso ganar. ¡ANDA YA!
Ya estamos en el 2007, buen año si nos vamos a la numerología. Y los tipos de siempre se vuelven a inventar un sistema nuevo. Aquí lo único que perdura es Documentos TV, Informe Semanal y Saber y Ganar. Todo lo demás, improvisado, nuevo y... A LO QUE SALGA. Total si fracasamos, si perdemos dinero y tiempo, es el dinero de todos, claro de todos los demás.... Sacan a su presentadora del momento, Paula Vázquez, y para ser más modernos que nadie se utiliza internet. OJO A LO QUE VIENE QUE NO TIENE DESPERDICIO: Por un lado los temas, y por el otro los intérpretes. Se eligen unos temas. Y se eligen a unos intérpretes. Y luego, ea, MAGIA BORRÁS, a combinar.... Que sea lo que el público quiera. Total si se equivocan nos equivocamos nosotros y si ganan ganan ellos. “El Ente” tiene efectivamente una vida propia ajena a todos sus componentes. Ni siquiera ya esos dos de despacho son capaces de manejar el “Monstruo”. Y se elige como canción “I love you mi vida” que representan la que quiere convertirse en la primera “BandBoys” nacional: “D’Nash”, cuatro chicos monísimos y limpísimos que hacen lo que pueden y defienden “el temita” bastante bien ante un público finlandés tan frío como el clima. La coreografía, como casi siempre, del coreógrafo del reino: El señor D. Poti. No hay otro, y si lo hay, no existe. Y lo peor de este chico es que se cree que es buenísimo, no bueno, buenísimo. ¡En fin! Otra vez falsas ilusiones para los artistas que van. Se les hace suponer que van a arrasar, que van a conseguir un éxito impresionante y que terminarán todos comprándose una finca al lado de Julio Iglesias, allá por Miami. No se si me fastidia más lo que hacen, por mí o por las criaturas que van con falsas ilusiones. “El Ente” es tremendamente ABRAZADOR. Puesto 20. No hay más nada que decir Bueno sí, habría que hacer una mención especial al programa que “El Ente” organizó para amenizar la tarde antes de la retransmisión del Festival. Un Iñigo memorable cuyos comentarios sobre la cantidad de gays que siguen en directo Eurovisión lo volvieron aún más añejo de lo que es; un Mariano Mariano que colocaron allí porque al tenerlo en nómina en “Mira quien Baila”, les resultaría más barato, al igual que su compañera de programa que también la llevaron. Y una presentadora embarazadísima que estaba más perdida “que el barco del arroz”. La única que dio lecciones a todos fue la maravillosa Massiel con sus comentarios acertados y su buen sabe de música.
2008. ¡Vaya! Ni siquiera sé como empezar, y mucho menos como terminar sin insultar groseramente a nadie. Lo intentaremos. Este año “El Ente” se superó a sí mismo. Recurrió otra vez a internet, pero ahora a una de las denominadas “Redes Sociales”: Myspace, supongo que pagando un dineral a sus creadores. El sistema consistía en que cualquiera podía colgar en el plazo determinado su perfil y su canción para que luego los internautas votasen las que más les gustasen. Esos analistas famosos de despachos de “El Ente” volvieron a estar gloriosos. No tuvieron en cuenta la facilidad con que se puede robotizar craqueando el envío de correos, ni tuvieron en cuenta que al decir “cualquiera” daban rienda sueltas a los miles de friquis que existen Ni siquiera tuvieron en cuenta que se podrían haber hecho de oro y por ese “despiste” le ofrecieron “el pastel” a otra cadena, que amparada por horarios de audiencia en los que sus espectadores piensan solamente en “cachondeo” y en la manera de reirse de los demás, lograron colocar su apuesta en el primer puesto. El caos, por falta de normas, fue total. Y para no quedar ahí el abominable papel que ofreció a todos los contribuyentes “El Ente”, llega el momento de la gala. Previamente se había ofrecido la posibilidad de que los “eurofans” fuesen como público. Así que multitud de ellos se compraron sus billetes de avión, tren o barco para ir a la capital. Se pagaron su noche o noches de hotel y se llenaron de la ilusión de poder salir por la Tele, puesto que otro tipo de ilusión no había. Y justo unos días antes, el cerebro pensante de “El Ente” decide como juez absoluto, como rey del medievo, como “pater de familia” de la Roma más imperial, prohibir la entrada a los “eurofans” por si su indignación pudiese convertir la gala en una especie de protesta popular, de revolución televisiva. Aquellos que habían pagado sus billetes y sus noches de hotel.... a tomar por cu... Y llega la noche tan especial. Como ya “El Ente” se había quedado sin presentadores de eventos y sólo disponía de la megapluriempleada Anne Igartiburu, decide buscar en el extranjero, y se trae de Italia a Raffaela Carra, y coloca todo en un plató de televisión local. Y todos sabemos qué pasó. No importa hablar más del tema. Sólo decir que la guinda la puso “La pajarraca”, un individuo neutro, sin sexo, introducido en una caja de sábana blanca y con la cabeza disfrazada de ave sin evolucionar cuyo aspecto ofrecía como posibilidad única de superar aquello, darle un mazazo para que intentase recuperar la cordura. Y llegó el día del Festival y el programa previo que no tuvo otra vez desperdicio alguno. Una “Loles león”, cabaretera y ordinaria como sus orígenes a la que le sale de sus adentros sus verdaderas creencias homófobas al calificar de “patinadora” más de una vez el chico que acompañaba al vencedor, además de no reconocer en ningún momento “LA MIERDA” de espectáculo que había llevado España. Y “El Ente” había intentado convencernos de que “PODÍAMOS GANAR”. Ya me pierdo.
El presente. El 2009. El Honor Patrio. Inglaterra recurre a Sir Webber, Francia a Patricia Kass... Parece ser que la herida de ser siempre vencidos por los denominados “Países del Este” –ellos supongo que llamaran El Este a lo que nosotros llamamos Oriente, y estos a su vez llamarán El Este a los que nosotros llamamos Occidente, y así son las cosas en este mundo casi esférico- despierta un cierto patriotismo falso, porque realmente no siempre gana el Este, a no ser que Finlandia haya cambiado de ubicación. O Grecia. ¡Vaya Usted a saber! Lo cierto es que España vuelve a la estrategia de Myspace con algo más de control en las votaciones. Y organiza también unas normas algo rocambolescas, como siempre. Sabemos que “El Ente” no puede ser claro y conciso. Todo se salva por los propios concursantes que este año, sin saber muy bien porqué, dan un tono de seriedad y profesionalidad. Buenos temas y buenos intérpretes. Todo parecía indicar de que el organismo dejaba de ser viscoso y unicelular. Además este año la votación sería mixta: jurado y público. Y entre el jurado un miembro elegido también a través de Myspace. Sin embargo los individuos de despacho tuvieron que poner su granito de arena y desaguisar un poco. Así que se sacaron tres galas previas y una gala final. Y como de presentadores siguen escasitos este año no van al extranjero sino que proponen a Alaska. La cosa parecía algo mejor. Nos sentamos frente al televisor a las diez y cuarenta y cinco para ver la primera gala. La presentadora llega como si fuese la Pantoja el día de su boda: en coche de caballos, no sabemos si yeguas vírgenes. Medio diva y con posturas de modelo de ropa interior. El escenario, un Teatro, intentando que la gala se pareciese a un concierto de “ambiente”. Y comienza... La realización parece que apunta profesionalidad al menos. Tequila, el grupo, abre con una versión del mítico ABBA. Mis oídos que jamás han sido demasiado estupendos, se estremecen ante el horroroso sonido que sale por los altavoces de mi televisor. Y la gala sigue.. y sigue... y sigue... y parece eterna. Todo, incluso el guión de la pobre Alaska parece improvisado a última hora. Y sigue.... y sigue... Son ya la una de la madrugada y sigue.. y sigue... y sigue.... Los artistas hacen lo que pueden, porque lo que quisieran es salir corriendo. La única que salva algo el sonido es Melody con su tremenda voz y su tremenda profesionalidad. Los Vivancos, bailan como pueden en la estrechez de que dispone. El pasillo que lleva del escenario al Jurado –también improvisado- se convierte en trampa mortal para, al menos, dos personas que caen y que ni siquiera son atendidos. Las horas pasan interminables para nosotros que estamos sentados en el sofá y dolorosas para los espectadores en directo. El sistema de votación se convierte en infierno para el que, equivocadamente, marca los nombres a enviar por SMS. A la sala de espera se le denomina Chillout, dándole un tono glamuroso y extranjero que no decora con la situación. Canta Alaska en “Playback” para evitar el micrófono en directo. Se elige al quinto miembro del Jurado de entre los aspirantes que son expuestos como condenados a convencer en treinta segundos algo que ya tenían decidido. Los otros cuatro miembros son digno de mención: Uribarri, salva la situación. Manu Canut que no se termina mojando excesivamente, Mariola Orellana intenta, sin conseguirlo, que los intérpretes no se sientan hundidos y Toni Garrido, al que claramente no le gusta nada ni el Festival ni lo que se ve allí. Y sigue... y sigue.... y publicidad... y más publicidad... y más números de teléfono. Y termina... Sin un adios ni un hasta la semana que viene. Y nos vamos a dormir.... La gala se había convertido en el programa más aburrido de la historia de “El Ente”. La audiencia, evidentemente, no llegó ni al siete por ciento del Share. Muchos prometimos no volver a ver entera ninguna gala más. La grabaríamos y haríamos uso del rebobinado rápido. Sin embargo, cuando llegó la segunda gala, que empezó cual la primera, con los mismos caballos, y las mismas posturitas de la presentadora, nos animamos al escuchar una hermosa versión de Rosario sobre el tema de Julio Iglesias “Gwendoline” ocn sonido directo audible aunque no perfecto. Y fue transcurriendo la noche, y los fallos de la primera gala se habían pulido lo suficiente como para que siguiésemos pegados al televisor. Y terminó y respiramos aliviados porque parecía que al fin se habían arreglado algo las cosas. Además hubo actuaciones memorables como la de Virgina con la canción “True Love” que es una magnífica balada y que ella defendió estupendamente; Soraya, que tampoco anda mal de canción, no supo, a mi entender, dar la talla que esperábamos. El asunto es que la gala nos ilusionó otra vez. Tanto que incluido yo, me planteé la posibilidad de ir a la última gala, el siete de marzo. Busqué en Internet precios de billetes y casi comprometí a un amigo para que me consiguiese pases. “Somos tan desgraciados...” Pero “El Ente” no puede permitir que nos ilusionemos, no puede permitir que algo relacionado con Eurovisión despierte interés cuasi general en los euorfans. “El Ente”, manejando la mente de esos señores de despacho volvió a engullir en sus fauces toda posibilidad de enmienda. Así que, jodiendo todo lo posible, a última hora, en estos últimos días decide, como dije en las primeras líneas, unir la tercera gala y la final. Otra vez viajes y hoteles pagados en balde. Otra vez la ilusión hundida. Y así, mientras “El Ente” crece y crece a costa de engullir nuestras esperanzas y nuestros sueños de que algún día este país haga algo digno en lo referente al Festival que tanto amamos, nosotros volvemos a tropezar una y otra y otra y otra vez con él en nuestros sueños desvelándonos cada año y despertándonos horrorizados porque en realidad no ha sido un sueño sino una pesadilla.
Espero realmente que en la final gane una buena canción, que hay unas cuantas. Y que la representante o el representante que sea elegido sea tratado como se merece: como alguien que confía en su voz, en su canción y su trabajo. Como alguien que es capaz de ocurrido lo ocurrido, se suba a un escenario frente a miles de personas para dejar con dignidad a un “Ente” que ha intentado quitársela a él o a ella demasiadas veces.
Supongo que como otro año, iré a Moscú, y espero que por primera vez me sienta orgulloso de que el País al que pertenezco lleve una buena canción. Luego si gana o no, es lo de menos. Lo importante es lo que decía Bodelaire: “Hay que ser sublime sin interrupción”.
Han pasado dos meses desde el festival de Eurovisión, y como vaticiné en el párrafo anterior, he ido a Moscú, me he sentido orgulloso de la representación española, pero terriblemente afectado por el resultado final y aún más por la manera de que Televisión Española se ha tomado la retransmisión del Festival.
Esos dos individuos de despacho han vuelto a hacer de las suyas. El aburrimiento, la desidia, la confianza de sentirse indefinidamente trabajadores de ese monstruo al que llamamos El Ente. Esos individuos decidieron volver a cambiar la programación engañando una vez más al telespectador: ser, individuo y ciudadano al que deben su existencia.
Así que, después de dos meses en los que he tenido tiempo de recapacitar y darles vuelta a demasiadas cosas –sobre todo ahora postrado en el sofá casi veinte horas diarias por problemas de salud-, he llegado a la conclusión que quiero pertenecer a El Ente- Allí puedo hacer lo que me venga en gana sin que nadie se interponga en mis decisiones; allí puedo cobrar un sueldo hasta el final de mis días pagado de fondos públicos, es decir, abonado por el resto de ciudadanos; allí estaría rodeado de papeles y papeles y sólo dispondría de un Tampón y una Grapadora como herramientas de trabajo.... ¡Qué digo!....
... ¡Perdonadme! ¡Me he vuelto loco! Será esta maldita enfermedad. Hay que luchar contra El Ente. Hay que librar una batalla en la que un medio tan poderoso como la Televisión esté controlada por nosotros. ¡SUS DUEÑOS1
El año que viene volveré a ir a Eurovisión, y volveré a decir lo que pienso... He intentaré desde este pequeño sillón que me sostiene a duras penas hacer lo posible para que esos dos individuos de despacho salgan a la calle; que les dé la luz; que conozcan a otros hombres y que sepan lo que es la libertad. ¡AHÍ FUERA ESTÁ LA VERDAD!
Anteayer dimitió el Ministro de Justicia; pocos días después de que, afincado en su sillón del parlamento, indignado y compungido se negase a hacerlo. Así son las cosas en este, nuestro país, o nuestra Comunidad Autónoma o nuestro Municipio. Y listo: “A otra cosa Mariposa”.
Y el mismo día de la dimisión del pobre hombre –lo de pobre lo digo por si acaso le queda algo de dignidad para sentirse contradictorio consigo mismo-, el enorme organismo, el enorme monstruo en que se ha convertido TVE, o mejor dicho la corporación de Radio Televisión Española. Esa empresa que hace que nos siente tan mal al bolsillo sus “desGestiones”; pues “El Ente”, que así se llamaba, apoderada de su propio poder y del que le otorgamos los que callamos hace y deshace cual le viene en gana.
Si fuese privado, que tampoco es de dignidad, podría en todo caso ampararse en beneficios y números positivos para cambiar al antojo de la denominada “audiencia”; pero siendo público el pecado se convierte en mortal y deja de ser leve.
Estos megaorganismos en los que no se sabe muy bien quien manda y quien ordena, escapan de nuestro entendimiento individual y nos hace idiotas e incapaces por imposibilidad absoluta de entablar una sencilla conversación con alguna “persona”. Y además a esto hay que añadir el pavor que sienten algunos que comen de la escasa posibilidad de salir delante de unas cámaras que cada vez dependen más de unas matemáticas abstractas donde es un número el ordenante. Se pierde compasión y empatía al no saber las miradas que se perjudican con las decisiones que se toman.
A lo que iba, porque sino esto se hace más un estudio filosófico sobre los medios de comunicación que una carta de indignación que es lo que es.
Soy eurofan desde hace relativamente poco tiempo. Justo el que llevo conociendo a Miguel, mi marido. Él me ha hecho amar cosas que antes desconocía y le agradeceré siempre haber despertado mi espíritu a la música. No es que antes no me gustase, es que no sabía escucharla. Ahora me deleito con el hermoso placer de una melodía y una buena voz. En el año 2003 como regalo de cumpleaños decidí que debía concederle uno de sus sueños: acudir al festival de Eurovisión. Y desde entonces no se ha perdido ninguno. Con él he descubierto ese hermoso mundo del Festival pero también el tenebroso mundo de RTVE. Y haré un resumen por si acaso alguno de mis lectores no sabe de lo que hablo.
En el año 2003 se siguió, al igual que en el 2002, el éxito de “Operación Triunfo” como programa “reality show” para elegir al representante español en el Festival. Las bases del mismo se la pasaron por la parte baja de la pernera del pantalón desde la primera edición un año anterior, puesto que la filosofía del programa, el sentido de su existencia, era que el ganador de la edición representaría a España en Eurovisión. Sin embargo, sin saber nunca quién tomó la decisión ni cuando –tal vez desayunando con su familia, leyendo un periódico o en el baño-, deciden que con los finalistas se realizará unas galas para determinar quién irá. ¿Dónde estaba entonces la finalidad del programa? ¿Para qué servía pues ganar?
En el 2002 Rosa “...de España”, patito feo y cenicienta al a vez que blancanieves y todos los cuentos infantiles, ganó por goleada tanto el programa como la posibilidad de representarnos en el Festival. RTVE basándose en no se sabe todavía qué sistemas de análisis, puso en el asador todos sus dineros, no así con la calidad de la canción que envió. Como consecuencia de todo: “Fiasco”. La Rosa .”... de España” seguiría siendo sólo eso y nunca “... de Europa”
El 2003 no fue mucho mejor. Ganó Ainoa, que como su antecesora, Rosa, tuvo problemas de pólipos. Tal vez en la academia había un virus o una bacteria “polipar”. Y siendo la ganadora, se volvió a hacer una gala, o dos o tres, extras para elegir al representante español. Fue Beth la ganadora. Que no quería serlo según nos confirmaron después sus familiares con los que coincidimos en Letonia. Es estúpido presentarse a un programa cuya finalidad es ir a Eurovisión y no querer a última hora que la votasen para tal evento. Fuera como fuese, allí la vimos. Digna y casi diva por el despliegue que hacía todavía “El Ente”, derivado de una buenísima audiencia. Encontramos por aquellos lares a la presentadora canaria de “Corazón Corazón”, hospedada en nuestro hotel; vimos a enviados especiales del telediario, de informe semanal y de otros programas de los que ni yo ni “El Ente” recordamos. Eran buenos tiempos de recaudación. Y otra vez, “Fiasco”.
Y llegó el 2004, último año en que “El Ente” organiza “Operación Triunfo”, que ya ha perdido totalmente el Norte y se dedica a ser exclusivamente un “Reality Show” de los de toda la vida, de los cutre vaya.. En aquella edición nada memorable, ganó un valenciano de cuyo nombre no quiero acordarme como si fuese manchego el chico. Sin embargo, quien se llevó la votación fue Ramón. Y allí en Estambul estaba él, mucho menos arropado que rosa, y menos aún que Beth; pero todavía existía algo de glamour. Se hospedaba en uno de los mejores hoteles de la ciudad, donde íbamos a tomar un café –porque no nos daba el presupuesto para nada más- a ver si podíamos verlo. Y vimos a Toni Cruz –magnate de la comunicación y ex cómico “sin mucha gracia” de la España del pelotazo-, a Nina –directora, cantante y progre donde las haya. Ni siquiera tiene televisión en casa según dijo ella misma-, y a Ramón , por supuesto. Esquivando fotógrafos y periodistas porque se había liado con una compañera de concurso que aún debía de estar casada. Ya “El Ente” en esta edición ni siquiera intentó convencer otra vez a Uribarri para presentar el evento, y recurrió a la “lánguida” y “discreta” Beatriz Pecker. Y lo mismo de los años anteriores: los enterados analistas del “Ente” volvían a repetir a diestro y siniestro que España era favorita, que en Estambul todos conocían nuestra canción, que si tal que si cual.... Debe de haber alguien en alguna oficinilla sin ventana y de escasos metros cuadrados que se encarga, con su pequeño ordenador y su ínfima mente de repartir rumores y rumores como Rafaella Carrá. Y aquel año el director de la academia era Quique Santander, productor que fue de Bisbal, al que vimos en un restaurante turístico cutre con baile de vientre dislocado, y al que escuchamos en directo allí mismo lanzarse por boleros.
El 2005 puso punto y final (¡Y DE QUÉ MANERA!) al poco Glamour que quedaba ¡COMENZÓ EL FRIQUISMO! Y no por las que al final nos representaron, que lo hicieron con bastante dignidad, sino por el sistema de elección. Se inventaron unas galas para decidir quien representaría a España en el Festival. “El Ente” hizo una preselección y se escogieron a unos pocos. El plató elegido hacía perfecta combinación con los “¿finalistas?”. Parecía más el mítico y cutre programa de “El Semáforo” que algo serio. Porque el gran problema, y seamos coherentes, es que “El Ente” no se toma en serio el Festival desde hace bastante tiempo. Para colmo multitud de gente pensó –aunque creo que a eso no se le puede llamar pensamiento.- que tal vez hubiésemos estado mejor representados por... ¡LAS CHICAS DE MÓSTOLES! ¡DIOS MIO!. No quiero opinar mucho al respecto por respeto, claro. Aunque me recordaban más que a un grupo musical a la posible oyente del famoso programa de las EMPANADILLAS de MÓSTOLES que todos recordamos. El asunto es que una vez allí en KIEV, ya no había ni presentadora de “Corazón Corazón”, ni “informe semanal”, ni nada de nada. Un equipo técnico, que supongo que sería el básico para la retransmisión, y otra vez Beatriz, que tan aséptica como siempre salió dignamente del evento. “Son de Sol” que así se llamaba el grupo que nos representó, eran tres chicas supersimpáticas y guapísimas que hicieron lo que daba de sí su tema. Nos las encontramos –póbrecitas-, en los pasillos del lugar donde se celebraba el Festival comiéndose unos cutres bocadillos que ellas tuvieron que comprar para poder frenar el hambre. Solas, abandonadas y llenas de nervios. Así se las hace “El Ente”.
Y llegamos al 2006, un año más. Otra vez con la ilusión puesta de que tal vez ese año España, “El Ente”, se plantease o abandonar o hacer algo digno. Ninguna de las dos cosas, para variar. Ni preselección, ni programas especiales, ni nada de nada. AHORRAR Y NO GASTAR. Al menos en Eurovisión. Porque para otras cosas no hay límite. Nos enteramos en un programa de una televisión privada cual iba a ser el tema y el grupo que ese año fracasaría en el Festival. Otra vez ese funcionario analista y su compañero, sí. Esos que están en despachos cutres sin ventanas. Esos que van y vuelven al “Ente” en taxi o en coche, de casa al despacho y del despacho a casa. No se relacionan con nadie, seguro. Sólo ven informes y más informes y estadísticas y más estadísticas. Pues esos decidieron que ese año sería un grupo que tenía en su haber una de las canciones más vendidas después del “Macarena”. Claro, pensarían, si estas han conquistado los mercados internacionales con el “Aserejé”, ¡GANAN EUROVISIÓN!. Y listo. Allí pusieron, encima del escenario de Atenas a tres chicas, sentadas en tres sillas, con dos bailarines –la bailarina el doble de grande que el bailarín y con menos pelos- (Para que dos años después alguien se riese del patinador CAMPEÓN DEL MUNDO, que acompañó a rusia). Pues eso, las tres sentaditas, haciendo una coreografía HORROROSA que por lo visto la había creado un coreógrafo con premios y todo. Y el tema “Un blodymary por favor”, y el grupo “las ketchup” y todo.... UN DESASTRE. Y lo más grande es que otra vez el famoso analista emite el rumor de que podemos quedar bien, e incluso ganar. ¡ANDA YA!
Ya estamos en el 2007, buen año si nos vamos a la numerología. Y los tipos de siempre se vuelven a inventar un sistema nuevo. Aquí lo único que perdura es Documentos TV, Informe Semanal y Saber y Ganar. Todo lo demás, improvisado, nuevo y... A LO QUE SALGA. Total si fracasamos, si perdemos dinero y tiempo, es el dinero de todos, claro de todos los demás.... Sacan a su presentadora del momento, Paula Vázquez, y para ser más modernos que nadie se utiliza internet. OJO A LO QUE VIENE QUE NO TIENE DESPERDICIO: Por un lado los temas, y por el otro los intérpretes. Se eligen unos temas. Y se eligen a unos intérpretes. Y luego, ea, MAGIA BORRÁS, a combinar.... Que sea lo que el público quiera. Total si se equivocan nos equivocamos nosotros y si ganan ganan ellos. “El Ente” tiene efectivamente una vida propia ajena a todos sus componentes. Ni siquiera ya esos dos de despacho son capaces de manejar el “Monstruo”. Y se elige como canción “I love you mi vida” que representan la que quiere convertirse en la primera “BandBoys” nacional: “D’Nash”, cuatro chicos monísimos y limpísimos que hacen lo que pueden y defienden “el temita” bastante bien ante un público finlandés tan frío como el clima. La coreografía, como casi siempre, del coreógrafo del reino: El señor D. Poti. No hay otro, y si lo hay, no existe. Y lo peor de este chico es que se cree que es buenísimo, no bueno, buenísimo. ¡En fin! Otra vez falsas ilusiones para los artistas que van. Se les hace suponer que van a arrasar, que van a conseguir un éxito impresionante y que terminarán todos comprándose una finca al lado de Julio Iglesias, allá por Miami. No se si me fastidia más lo que hacen, por mí o por las criaturas que van con falsas ilusiones. “El Ente” es tremendamente ABRAZADOR. Puesto 20. No hay más nada que decir Bueno sí, habría que hacer una mención especial al programa que “El Ente” organizó para amenizar la tarde antes de la retransmisión del Festival. Un Iñigo memorable cuyos comentarios sobre la cantidad de gays que siguen en directo Eurovisión lo volvieron aún más añejo de lo que es; un Mariano Mariano que colocaron allí porque al tenerlo en nómina en “Mira quien Baila”, les resultaría más barato, al igual que su compañera de programa que también la llevaron. Y una presentadora embarazadísima que estaba más perdida “que el barco del arroz”. La única que dio lecciones a todos fue la maravillosa Massiel con sus comentarios acertados y su buen sabe de música.
2008. ¡Vaya! Ni siquiera sé como empezar, y mucho menos como terminar sin insultar groseramente a nadie. Lo intentaremos. Este año “El Ente” se superó a sí mismo. Recurrió otra vez a internet, pero ahora a una de las denominadas “Redes Sociales”: Myspace, supongo que pagando un dineral a sus creadores. El sistema consistía en que cualquiera podía colgar en el plazo determinado su perfil y su canción para que luego los internautas votasen las que más les gustasen. Esos analistas famosos de despachos de “El Ente” volvieron a estar gloriosos. No tuvieron en cuenta la facilidad con que se puede robotizar craqueando el envío de correos, ni tuvieron en cuenta que al decir “cualquiera” daban rienda sueltas a los miles de friquis que existen Ni siquiera tuvieron en cuenta que se podrían haber hecho de oro y por ese “despiste” le ofrecieron “el pastel” a otra cadena, que amparada por horarios de audiencia en los que sus espectadores piensan solamente en “cachondeo” y en la manera de reirse de los demás, lograron colocar su apuesta en el primer puesto. El caos, por falta de normas, fue total. Y para no quedar ahí el abominable papel que ofreció a todos los contribuyentes “El Ente”, llega el momento de la gala. Previamente se había ofrecido la posibilidad de que los “eurofans” fuesen como público. Así que multitud de ellos se compraron sus billetes de avión, tren o barco para ir a la capital. Se pagaron su noche o noches de hotel y se llenaron de la ilusión de poder salir por la Tele, puesto que otro tipo de ilusión no había. Y justo unos días antes, el cerebro pensante de “El Ente” decide como juez absoluto, como rey del medievo, como “pater de familia” de la Roma más imperial, prohibir la entrada a los “eurofans” por si su indignación pudiese convertir la gala en una especie de protesta popular, de revolución televisiva. Aquellos que habían pagado sus billetes y sus noches de hotel.... a tomar por cu... Y llega la noche tan especial. Como ya “El Ente” se había quedado sin presentadores de eventos y sólo disponía de la megapluriempleada Anne Igartiburu, decide buscar en el extranjero, y se trae de Italia a Raffaela Carra, y coloca todo en un plató de televisión local. Y todos sabemos qué pasó. No importa hablar más del tema. Sólo decir que la guinda la puso “La pajarraca”, un individuo neutro, sin sexo, introducido en una caja de sábana blanca y con la cabeza disfrazada de ave sin evolucionar cuyo aspecto ofrecía como posibilidad única de superar aquello, darle un mazazo para que intentase recuperar la cordura. Y llegó el día del Festival y el programa previo que no tuvo otra vez desperdicio alguno. Una “Loles león”, cabaretera y ordinaria como sus orígenes a la que le sale de sus adentros sus verdaderas creencias homófobas al calificar de “patinadora” más de una vez el chico que acompañaba al vencedor, además de no reconocer en ningún momento “LA MIERDA” de espectáculo que había llevado España. Y “El Ente” había intentado convencernos de que “PODÍAMOS GANAR”. Ya me pierdo.
El presente. El 2009. El Honor Patrio. Inglaterra recurre a Sir Webber, Francia a Patricia Kass... Parece ser que la herida de ser siempre vencidos por los denominados “Países del Este” –ellos supongo que llamaran El Este a lo que nosotros llamamos Oriente, y estos a su vez llamarán El Este a los que nosotros llamamos Occidente, y así son las cosas en este mundo casi esférico- despierta un cierto patriotismo falso, porque realmente no siempre gana el Este, a no ser que Finlandia haya cambiado de ubicación. O Grecia. ¡Vaya Usted a saber! Lo cierto es que España vuelve a la estrategia de Myspace con algo más de control en las votaciones. Y organiza también unas normas algo rocambolescas, como siempre. Sabemos que “El Ente” no puede ser claro y conciso. Todo se salva por los propios concursantes que este año, sin saber muy bien porqué, dan un tono de seriedad y profesionalidad. Buenos temas y buenos intérpretes. Todo parecía indicar de que el organismo dejaba de ser viscoso y unicelular. Además este año la votación sería mixta: jurado y público. Y entre el jurado un miembro elegido también a través de Myspace. Sin embargo los individuos de despacho tuvieron que poner su granito de arena y desaguisar un poco. Así que se sacaron tres galas previas y una gala final. Y como de presentadores siguen escasitos este año no van al extranjero sino que proponen a Alaska. La cosa parecía algo mejor. Nos sentamos frente al televisor a las diez y cuarenta y cinco para ver la primera gala. La presentadora llega como si fuese la Pantoja el día de su boda: en coche de caballos, no sabemos si yeguas vírgenes. Medio diva y con posturas de modelo de ropa interior. El escenario, un Teatro, intentando que la gala se pareciese a un concierto de “ambiente”. Y comienza... La realización parece que apunta profesionalidad al menos. Tequila, el grupo, abre con una versión del mítico ABBA. Mis oídos que jamás han sido demasiado estupendos, se estremecen ante el horroroso sonido que sale por los altavoces de mi televisor. Y la gala sigue.. y sigue... y sigue... y parece eterna. Todo, incluso el guión de la pobre Alaska parece improvisado a última hora. Y sigue.... y sigue... Son ya la una de la madrugada y sigue.. y sigue... y sigue.... Los artistas hacen lo que pueden, porque lo que quisieran es salir corriendo. La única que salva algo el sonido es Melody con su tremenda voz y su tremenda profesionalidad. Los Vivancos, bailan como pueden en la estrechez de que dispone. El pasillo que lleva del escenario al Jurado –también improvisado- se convierte en trampa mortal para, al menos, dos personas que caen y que ni siquiera son atendidos. Las horas pasan interminables para nosotros que estamos sentados en el sofá y dolorosas para los espectadores en directo. El sistema de votación se convierte en infierno para el que, equivocadamente, marca los nombres a enviar por SMS. A la sala de espera se le denomina Chillout, dándole un tono glamuroso y extranjero que no decora con la situación. Canta Alaska en “Playback” para evitar el micrófono en directo. Se elige al quinto miembro del Jurado de entre los aspirantes que son expuestos como condenados a convencer en treinta segundos algo que ya tenían decidido. Los otros cuatro miembros son digno de mención: Uribarri, salva la situación. Manu Canut que no se termina mojando excesivamente, Mariola Orellana intenta, sin conseguirlo, que los intérpretes no se sientan hundidos y Toni Garrido, al que claramente no le gusta nada ni el Festival ni lo que se ve allí. Y sigue... y sigue.... y publicidad... y más publicidad... y más números de teléfono. Y termina... Sin un adios ni un hasta la semana que viene. Y nos vamos a dormir.... La gala se había convertido en el programa más aburrido de la historia de “El Ente”. La audiencia, evidentemente, no llegó ni al siete por ciento del Share. Muchos prometimos no volver a ver entera ninguna gala más. La grabaríamos y haríamos uso del rebobinado rápido. Sin embargo, cuando llegó la segunda gala, que empezó cual la primera, con los mismos caballos, y las mismas posturitas de la presentadora, nos animamos al escuchar una hermosa versión de Rosario sobre el tema de Julio Iglesias “Gwendoline” ocn sonido directo audible aunque no perfecto. Y fue transcurriendo la noche, y los fallos de la primera gala se habían pulido lo suficiente como para que siguiésemos pegados al televisor. Y terminó y respiramos aliviados porque parecía que al fin se habían arreglado algo las cosas. Además hubo actuaciones memorables como la de Virgina con la canción “True Love” que es una magnífica balada y que ella defendió estupendamente; Soraya, que tampoco anda mal de canción, no supo, a mi entender, dar la talla que esperábamos. El asunto es que la gala nos ilusionó otra vez. Tanto que incluido yo, me planteé la posibilidad de ir a la última gala, el siete de marzo. Busqué en Internet precios de billetes y casi comprometí a un amigo para que me consiguiese pases. “Somos tan desgraciados...” Pero “El Ente” no puede permitir que nos ilusionemos, no puede permitir que algo relacionado con Eurovisión despierte interés cuasi general en los euorfans. “El Ente”, manejando la mente de esos señores de despacho volvió a engullir en sus fauces toda posibilidad de enmienda. Así que, jodiendo todo lo posible, a última hora, en estos últimos días decide, como dije en las primeras líneas, unir la tercera gala y la final. Otra vez viajes y hoteles pagados en balde. Otra vez la ilusión hundida. Y así, mientras “El Ente” crece y crece a costa de engullir nuestras esperanzas y nuestros sueños de que algún día este país haga algo digno en lo referente al Festival que tanto amamos, nosotros volvemos a tropezar una y otra y otra y otra vez con él en nuestros sueños desvelándonos cada año y despertándonos horrorizados porque en realidad no ha sido un sueño sino una pesadilla.
Espero realmente que en la final gane una buena canción, que hay unas cuantas. Y que la representante o el representante que sea elegido sea tratado como se merece: como alguien que confía en su voz, en su canción y su trabajo. Como alguien que es capaz de ocurrido lo ocurrido, se suba a un escenario frente a miles de personas para dejar con dignidad a un “Ente” que ha intentado quitársela a él o a ella demasiadas veces.
Supongo que como otro año, iré a Moscú, y espero que por primera vez me sienta orgulloso de que el País al que pertenezco lleve una buena canción. Luego si gana o no, es lo de menos. Lo importante es lo que decía Bodelaire: “Hay que ser sublime sin interrupción”.
Han pasado dos meses desde el festival de Eurovisión, y como vaticiné en el párrafo anterior, he ido a Moscú, me he sentido orgulloso de la representación española, pero terriblemente afectado por el resultado final y aún más por la manera de que Televisión Española se ha tomado la retransmisión del Festival.
Esos dos individuos de despacho han vuelto a hacer de las suyas. El aburrimiento, la desidia, la confianza de sentirse indefinidamente trabajadores de ese monstruo al que llamamos El Ente. Esos individuos decidieron volver a cambiar la programación engañando una vez más al telespectador: ser, individuo y ciudadano al que deben su existencia.
Así que, después de dos meses en los que he tenido tiempo de recapacitar y darles vuelta a demasiadas cosas –sobre todo ahora postrado en el sofá casi veinte horas diarias por problemas de salud-, he llegado a la conclusión que quiero pertenecer a El Ente- Allí puedo hacer lo que me venga en gana sin que nadie se interponga en mis decisiones; allí puedo cobrar un sueldo hasta el final de mis días pagado de fondos públicos, es decir, abonado por el resto de ciudadanos; allí estaría rodeado de papeles y papeles y sólo dispondría de un Tampón y una Grapadora como herramientas de trabajo.... ¡Qué digo!....
... ¡Perdonadme! ¡Me he vuelto loco! Será esta maldita enfermedad. Hay que luchar contra El Ente. Hay que librar una batalla en la que un medio tan poderoso como la Televisión esté controlada por nosotros. ¡SUS DUEÑOS1
El año que viene volveré a ir a Eurovisión, y volveré a decir lo que pienso... He intentaré desde este pequeño sillón que me sostiene a duras penas hacer lo posible para que esos dos individuos de despacho salgan a la calle; que les dé la luz; que conozcan a otros hombres y que sepan lo que es la libertad. ¡AHÍ FUERA ESTÁ LA VERDAD!
miércoles, 1 de julio de 2009
A ESE DEDO...
Soportaste durante mucho tiempo el peso desmesurado de alguien cuyos excesos jamás te tuvieron en cuenta. Ni siquiera contaba contigo en los momentos felices o amargos. Indiferencia extrema hacia tí que cabizbajo cumplias tu misión con miseria solitaria. Y un día de repente, sin aviso previo, dejaste de respirar. Alguna maldita vena inoportuna decide bloquearse y matarte. Sufriste una semana de agonía con esa asistencia hasta entonces negada. Intentamos todos reanimarte pero no hubo remedio. Y el viernes día cinco de julio, hace unas semanas, una cirujana de melena rubia y armada de frialdad y hastío te separó de mí para siempre. No pude verte morir, pero te siento todavía cuando mi mente me engaña. Adios dedo. ¡Te he querido muy poco! Lo siento.
miércoles, 21 de enero de 2009
MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES
Ahora, bueno ayer, se terminó la votación para aquellos interesados en representar a España en Eurovisión,y aquellos que tenían interés de ser el quinto miembro del jurado para las galas en las que se elegirá definitivamente el representante español.
Este año han aparecido artistas consagradas al mundo difícil de la música comercial con interés de representar a España, y se han llevado de calle los votos de la gente. Eso es razonable. Cantantes conocidas con sus propios clubs de fans y algún que otro apoyo de casa de discos.
Pero centrémonos en el Jurado. Se han presentado algo más de treinta candidatos. Todos ellos "Eurofans" que el año pasado protestaron groseramente hasta la sacidad de gargantas enrojecidas ,por abucheos y gritos de despropósitos lanzados sobre la figura del "chiquilicuatre" y su método de selección y apoyo."Que si la sexta no tiene derecho...."; "Que si ha sido amañada la votación..."; "Que si el director de RTVE era socio o familia de no se quién..." Pues bien, estos mismos que criticaban el apoyo de un ente a una persona, el pirateo de votos y demás infamias o verdades que se dijeron, han realizado este año en favor de ellos mismo aquello que tanto criticaban.
Así podemos ver que ha habido una lucha de organizaciones de eurofans por colocar el suyo como primero en la lista. La web de eurovision-spain se limitaba en su página a enlazar para votación del jurado aquel que ella misma a dedo designó. Obviando enlaces a otros miembros que se presentaban también.
OGAE, de alguna manera, también ha terminado colocando a quién quería entre los cinco vencedores. Y lo mismo ha ocurrido con AEV, otra asociación de "eurovisivos". Todo para que al final sean los otros miembros del jurado quien designen mediante una especie de "casting" entre esos cinco.
¿Y el resto? Esos otros que no se han abierto cuentas de correo electrónico de manera masiva; esos que no han contado con apoyo de páginas y asociaciones que no debían de haber caido en lo que criticaban.
Pienso que el resto del jurado -los cuatro miembros que RTVE ha designado- deberían de ver a todos los que se han presentado -que no son tantos- y elegir al que consideren mejor. Así aprenderemos a no ser "piratas de lo propio y defensores de lo ajeno". ¡QUE YA ESTÁ BIEN!
Este año han aparecido artistas consagradas al mundo difícil de la música comercial con interés de representar a España, y se han llevado de calle los votos de la gente. Eso es razonable. Cantantes conocidas con sus propios clubs de fans y algún que otro apoyo de casa de discos.
Pero centrémonos en el Jurado. Se han presentado algo más de treinta candidatos. Todos ellos "Eurofans" que el año pasado protestaron groseramente hasta la sacidad de gargantas enrojecidas ,por abucheos y gritos de despropósitos lanzados sobre la figura del "chiquilicuatre" y su método de selección y apoyo."Que si la sexta no tiene derecho...."; "Que si ha sido amañada la votación..."; "Que si el director de RTVE era socio o familia de no se quién..." Pues bien, estos mismos que criticaban el apoyo de un ente a una persona, el pirateo de votos y demás infamias o verdades que se dijeron, han realizado este año en favor de ellos mismo aquello que tanto criticaban.
Así podemos ver que ha habido una lucha de organizaciones de eurofans por colocar el suyo como primero en la lista. La web de eurovision-spain se limitaba en su página a enlazar para votación del jurado aquel que ella misma a dedo designó. Obviando enlaces a otros miembros que se presentaban también.
OGAE, de alguna manera, también ha terminado colocando a quién quería entre los cinco vencedores. Y lo mismo ha ocurrido con AEV, otra asociación de "eurovisivos". Todo para que al final sean los otros miembros del jurado quien designen mediante una especie de "casting" entre esos cinco.
¿Y el resto? Esos otros que no se han abierto cuentas de correo electrónico de manera masiva; esos que no han contado con apoyo de páginas y asociaciones que no debían de haber caido en lo que criticaban.
Pienso que el resto del jurado -los cuatro miembros que RTVE ha designado- deberían de ver a todos los que se han presentado -que no son tantos- y elegir al que consideren mejor. Así aprenderemos a no ser "piratas de lo propio y defensores de lo ajeno". ¡QUE YA ESTÁ BIEN!
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