viernes, 8 de enero de 2010

VIVIR DEL CUENTO

Esta expresión por todos conocida viene que “ni al pelo” para desarrollar esta reflexión sobre los derechos de autor y su manera de intentar cobrar durante casi indefinidamente todo lo relacionado con la música o la creación de programas informaticos.

Es comprensible que por la venta de una obra, la parte determinada en el contrato entre el editor-productor y el artista –mejor dicho, creador-, sea entregada al mismo. Es justo, es necesario y, sobre todo, es “razonable”. El “intérprete” cobrará cada vez que cante el tema, sea o no suyo; supuestamente, también es de derecho que, si así se estipula entre el creador –artista- y el que interpreta, aquel reciba una compensación por usar su tema. Hasta aquí, cada trabajo recibe su compensación.

Igualmente cuando un autor de teatro ve representar su obra, parte de la recaudación de la misma deba de ir a sus bolsillos. O cuando un escritor recibe parte de la venta de sus libros.

Son “derechos de la propiedad intelectual” y tienen un valor económico que puede ser, por tanto, sujeto de transacción. Comprarlos, venderlos, regalarlos, donarlos, heredarlos, disfrutarlos en usufructo, etc., etc., etc... Y no debería haber diferencias de valoración y compensación entre una manera de crear y otra.

Por ejemplo, si un bar o pub o establecimiento de hostelería, tiene libros en sus estanterías para que los clientes se tomen gustosamente un café mientras leen o miran cualquiera de los ejemplares allí existentes, no han de pagar ni ellos ni el establecimiento canon alguno por el uso y disfrute de esos ejemplares. Mas al contrario, puede ocurrir que alguno de los lectores ocasionales se enamoren de la obra y nada más salir de allí vayan a comprar un ejemplar para ellos. Sirve como marketing indirecto para el artista, el editor y el productor de la obra. Es, sin lugar a dudas, una exposición adecuada para producir necesidad y posible deseo por parte de la clientela de adquirir más libros.

En una exposición de obras de “arte mayor” –por decirlo de alguna manera-: escultura y pintura; cada uno de los que van a disfrutar de la misma, no tienen que pagar ningún tipo de canon para disfrutar con el deleite visual de lo que el artista ha desarrollado, y de lo que el artista en última instancia desea: vender. Todo lo contrario: las exposiciones intentan publicitar y darse a conocer para recibir el máximo de visitantes. Otra manera de marketing -“mercadear”- para que el artista y la sala vivan económicamente de ello.

Sin embargo, si escuchamos música en un lugar público, la SGAE y sus asociados: artistas y creadores, obligan al establecimiento, público o privado, u organizaciones sean o no lucrativas, a pagar un canon por ello. Es decir, que este tipo de artistas, que sólo escriben una poesía al que otro artista pone música, lo cual no es fácil, ni quiero que así parezca. No dejan de ser, por supuesto, gente que crea. Pues eso, que estos tipos quieren vivir del cuento para el resto de su vida. Los trovadores –que es lo que son- tienen como trabajo CANTAR, recorrerse miles de kilómetros y todos las ciudades para ganar el dinero que desean ganar y que, además, se supone que les gusta. No hay más. Ni debe de haber más. Si venden y actúan, ganarán dinero. Es decir, que ellos están dispuestos a pagar a emisoras de radio para que les “propagandeé , del nuevo verbo que he creado propagandear”, porque así les dan publicidad; sin embargo, no sólo no pagan, sino que cobran a aquellos colectivos que quieren escuchar su música y que también, con un ánimo de lucro bastante inferior a las compañías de radio, les publicitan sus creaciones. ME PARECE DESPROPORCIONADO Y, SOBRE TODO, IRRACIONAL.

Y la cosa va aún más lejos... Ahora quieren que paguemos un canon cada vez que compremos un producto informático... TERRIBLE.

Por ello quiero decir que se organizará para el próximo 13 de febrero, una huelga de consumidores. La fecha es fundamental, un día antes del día de los enamorados, este año démonos el “te quiero” con la preciosa palabra, que ya es suficiente, o un ramo de flores o cualquier cosa que no sea música ni productos informa´ticos, electrónicos o móviles. No consumamos y que vean todos los productores que los consumidores también sabemos responder a lo que nos parece injusto.

PRIMERA HUELGA DE CONSUMIDORES: UN DÍA SIN GASTAR NI CONSUMIR MÚSICA O PRODUCTOS INFORMÁTICOS-ELECTRÓNICOS: EL DÍA 13 DE FEBRERO DE 2010.

P.D. Para cualquier aclaración sobre lo que significa este día ponerse en contacto con el e.mail: gofre2001@hotmail.com