No quiero hacer un juicio de valor personal sobre lo que pienso al respecto del archivo del caso Camps por parte del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana. La verdad sólo está en la mente del Sr. Camps y en la de aquellos que han intentado explicarse ante el Tribunal sabiendo ya a estas alturas si han sido o no entendidos.
En la justicia lo único que podemos y debemos pedir los ciudadanos es imparcialidad por parte del juzgador. Esa imparcialidad sólo es posible si no existe contaminación alguna en conocimiento de personalidad de cualquiera de los actores que intervienen en la causa. Para evitar eso existe la figura de "la recusación". Algo obvio porque así se evita que el juez pueda guiarse más por lo que conoce de alguno de los individuos que por los hechos reales que les han llevado a esa situación.
Sin embargo, en los tribunales superiores esa figura está bastante difusa. Cuando juzgan ai ndividuos a pie de calle con vidas normales y pertenecientes a la clase media en general, no cabe duda de que es difícil que un juez de tan altos vuelos se relacione con gente de tan cortos; por el cotnrario, cuando han de conocer asuntos de aforados o personalidades de altas esferas no podemos separar el hecho de que tantos estos como aquellos se mueven en los mismos ambientes. ¿Puede alguien garantizarme que cualquiera de los jueces que han visto la causa de Camps en el TSJV no lo conoce personalmete? Al menos coincidir en algún acto oficial o en el alguna de las fiestas mega-fashion que organizan los que viven varios kilómetros por encima de nosotros seguro que ha ocurrido. Y en esos momentos en que han tenido que decidir sobre el futuro delictivo del sr. presidente en sus inteligentísimas mentes han tenido que discernir entre la realidad objetiva o aquella imagen que cada uno tiene en su memoria del Sr. Camps tomando champán, saludándoles con un apretón de manos o riendo con él en el cóctel de tal o cual.
Es indudable que para juzgar hay que ser objetivo con los hechos disponibles u que esta objetividad no se vea afectada por conocimientos excesivos de alguno de los juzgados. Pienso que en lo referente a personas aforadas, famosas o poderosas hay que tener especial cuidado. No creo que sea totalmente independiente cuando quienes tienen que tomar la decisión como jueces no sean más que tres individuos teniendo en cuenta la responsabilidad y la personalidad de quien juzgan.
martes, 4 de agosto de 2009
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